Nuestros apartados

martes, 18 de abril de 2017

Cuento

No podía moverme,me desperté y estaba totalmente asustado, no sabía donde me encontraba y solo me quedo investigar ese lugar. Una vez que me levante descubrí que estaba en una casa secuestrado por un mafioso italiano. Tuve que escaparme en la oscuridad de una noche tormentosa y nublada. Solo y sin saber donde estaba, conocí a un anciano que me cogió en su casa, ya que quería compañía porque estaba viudo desde hace 10 años. A pesar de estar con el anciano tenía una sensación de angustia y soledad, había perdido todo lo que tenía. Una vez que me acostumbre a vivir con el anciano, 3 años después falleció y el mundo se me cayó encima.

EL OTRO DÍA ME DESPERTÉ...

En esta entrada pondré un cuento que luisa nos dijo que hiciéramos inspirándonos en Kazka y su famosa obra “La metamorfosis”.







El otro día me desperté siendo un árbol. Al despertarme estaba de pie, no sentado como de costumbre. Al principio estaba normal, me parecía raro despertarme de pie pero creía seguir siendo yo. La cosa cambió cuando mi madre entró en mi habitación y vio mi apariencia física real. Intenté ir rápido al baño ya que no creía lo que mi madre me estaba diciendo, pero al ir a dar el primer paso, descubrí que no me podía mover. Al notar esto, mi madre me dijo que tenía las raíces clavadas en el suelo, lo que me inmovilizaba. Las manos ahora eran ramas y mi cuerpo era un largo tronco. Fueron pasando los días y yo seguía igual, asustado por lo que me había pasado aquella mañana. Lo único que podía hacer era ver como pasaba el tiempo en mi habitación. Mis padres me regaban y yo fui creciendo hasta llegar a romper el techo. Mis padres, se vieron obligados a tomar la decisión de llevarme al campo y ser plantado allí, pero por suerte, la mañana en la que me trasladaría a vivir al campo, volví a ser yo mismo, de carne y hueso, sin ramas ni raíces que me molestaran, lo que me permitió poder volver a llevar una vida normal.

Cuento

Desperté como si fuera un día normal, como otro cualquiera, pero no era así ya que era el día de mi muerte y todo transcurrió normal hasta que vinieron a por mí para enterrarme, allí no había nadie ni mi propia familia la soledad inundó el recinto. Cuando estaba apunto de morir desperté todo había sido un sueño, y salí rápido a la calle para enmendar todos los errores que había tenido para que así el día de mi muerte todo el mundo estuviera allí. Días más tarde morí ese entierro si fue como el de todo el mundo y al fin pude tener una muerte tranquila.