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domingo, 11 de junio de 2017

Ana Ajmantova

                                              Hay en la intimidad un límite sagrado
Que trasponer no puede aun la pasión más loca
Siquiera si el amor el corazón desgarra
Y en medio del silencio se funden nuestras bocas.

La amistad nada puede, nada pueden los años
De vuelos elevados, de llameante dicha,
Cuando es el alma libre y no la vence
La dulce languidez del goce y la lascivia.

Pretenden alcanzarlo mentes enarenadas,
Y a quienes lo transponen los colma la tristeza
¿Comprendes tú ahora por qué mi corazón
No late a ritmo debajo de tu diestra?

En el fragmento que tenéis aquí arriba hay que destacar varias cosas.
En el primer párrafo se puede observar como piensa que hay un límite en la vida, en el segundo párrafo explica cual es ese límite y que hay que saber donde esta ese límite y que nunca hay que pasarlo. Y por último en el último párrafo deja claro a su amado que nunca traspasará ese límite.

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